Marieta Torres de Andrade siempre se ha vestido como le ha dado la gana. Ha tenido la suerte de trabajar de estilista en Vogue desde hace muchos años y de tener un fisico que permite mezclas insólitas como unas botas de cowboy con una falda de tela de cortina por debajo de la rodilla.

En su boda no iba a ser menos. A raíz de unas telas y encajes antiguos de su abuela, diseñó un traje único que la convirtió en una de las novias más guapas y con más peronalidad que he visto nunca.

Fotos tomadas por Pedro Zozaya para el blog de la redacción de vogue.es: