Bea es producer en la revista Harpers Bazaar. Trabajó sentada a mi lado durante un año. Ella organizaba sesiones de moda imposibles, en diferentes idiomas y a una velocidad vertiginosa. Era capaz de conseguir lo imposible: periquitos para una sesión de fotos en Turquía o que el mejor maquillador renunciara a sus planes para hacer un tema de última hora. Por eso desde que anunció que se casaba con Julius yo tenía mucha espectación por ver como sería la producción más importante de su vida.

Conoció a Julius cuando los dos estudiaban en San Diego, él es de Munich.  «Decidimos casarnos en Mallorca porque es terriotorio neutral y para los alemanes es muy cómodo por las conexiones entre aeropuertos. Además siempre quisimos casarnos en un sitio de mar, un poco más desenfadado y yo veraneo en Pollensa» cuenta Bea.

posado flipada

El vestido de Bea era de Alma Aguilar. «Siempre quise hacerme el traje con ella, me encanta todo lo que hace… como muy bucólico y hippie. Nunca lo dudé. Ella además es encantadora y todo su equipo fue espectacular. Mi madre, mi hermana y mi tía también se hicieron el vestido con ella. Iban todas guapísimas», explica Bea. Del pelo y maquillaje se encargó Alicia Barón de la que es «completamente fan». Tenía claro que quería algo hiper natural con el pelo suelto y Alicia lo consiguió. Llevó un tocado de Mariana Barturen (915771319) y, aunque al principio se negaba a llevar velo, acabó llevando uno de tul de seda de color rosita («rosa nada como decía Mariana»).

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Los zapatos fueron unas sandalias de tiras blancas con corazoncitos de cuero de Charlotte Olympia. Como llevaba las uñas rojas quedaban geniales.

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Para toda la organización contaron con la ayuda de los wedding planners de Mallorca, Moments. La ermita, que la descubrieron ellos,  se llama Ermita de San Alonso del Bosque de Bellver y, como su nombre indica, está en el bosque del castillo de Bellver. «Vino desde Madrid el padre Javier Siegrist que es amigo de la familia y a mitad de ceremonia nos sorprendió con un speech en un alemán perfecto. Celebramos la misa en español pero las lecturas eran algunas en alemán y los votos los hicimos cada uno en su idioma (con los nervios, no me enteré de nada de lo que dijo Julius, jaja)», me cuenta Bea.

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Gracias a Moments, también descubrieron el Castillo de San Carlos donde celebraron la boda. Es una fortaleza militar que se encuentra en la bahía de Palma con unas vistas espectaculares.

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«El momento más emocionante de la boda para mí fue cuando estaba con Julius esperando arriba en la zona del aperitivo a que se sentase todo el mundo y sonó Viva la Vida de Coldplay (la canción preferida de mi madre) para que bajásemos por la rampa al sitio de la cena. Todo decorado con millones de velitas, las luces de verbena, la música a tope y la gente de pie, aplaudiendo. Fue espectacular».

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Antes de terminar la cena, Pepe,  el hermano de Bea, les sorprendió con una batucada mallorquina. Irrumpieron en la plaza de armas sorprendiendo a todos y guiaron a los invitados a la zona de baile.

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El baile se hizo en otra zona del castillo que es una explanada enorme. Lo decoraron todo en marroquí, con carpas babuinas, chill out… y una tarima gigante.

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ZONA DE BAILE_detalle mesas

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Bea abrió el baile con su padre con la canción I say a little prayer de la peli La boda de mi mejor amigo y luego con Julius la canción Sex On fire de Kings of Leon que les recuerda a la época de San Diego.

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Trajeron de Madrid a Julio Torres y su saxofonista Inoidel y no pararon de bailar hasta las siete de la mañana.

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A mitad de noche Bea se puso las Marant y hasta que acabó la fiesta. Me encanta esta foto:

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Las fotos son de Jaime Boira, que Bea me recomienda muchísimo.