Marta es de Vigo (publiqué la boda de su hermana Ana hace años) y Guillermo de Málaga y decidieron casarse el 10 de diciembre en Galicia porque para ellos la Navidad es una fecha muy entrañable.
El vestido de novia se lo hizo en Navascués. «Fue al primer sitio que fui y no busqué más, nunca pensé que fuera a ser tan fácil. Constaba de dos partes; un vestido de terciopelo sifón blanco y un abrigo de manga larga en tul bordado».
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Los zapatos eran de Valentino en charol color crudo.
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Para darle un toque invernal llevaba un cuello de piel color crudo cerrado con un broche antiguo estilo Art Decó, ambas cosas de su bisabuela, así como la pulsera y los pendientes con hilo de brillantes y perlita en forma de pera.
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«En la cabeza una tiara antigua de donde partía el velo de tul en dos largos. Dos anillos, el de pedida que me regalaron los padres de Guillermo y una baguette de brillantes que me regaló mi abuela, quería llevar algo de ella».
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Le maquillaron y peinaron en Company, una peluquería de toda la vida.
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El ramo de novia era de Elena Suarez & Co, que rompía un poco con los tonos suaves del vestido.
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Celebraron la boda en Santiago de Vigo, una iglesia muy vinculada a la familia de la novia situada en el centro de la ciudad. Adornada por la floristeria Verdeagua con flores de Pascua color crudo, velas y tuyas.
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La madrina, en color verde agua rematado en piel y con mantilla española, se lo hizo Palazuelo en Málaga.
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El chaqué de Guillermo es de Bow tailors y la corbata de Hackett.
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El coctel y la cena se celebró en Pazo da Touza, el jardín estaba espectacular, lleno de luces, velas, flores, guirnaldas, todo puesto por A Florería, y una gran carpa transparente, porque en Galicia nunca se sabe. «Tuvimos un día y una noche poco habitual para la fecha, la temperatura fue casi de primavera y ni asomo de lluvia. La decoración estaba inspirada en las fiestas navideñas; lo decoramos todo en verde y crudo y la iluminación fue a base de pequeñas bombillas y velas», recuerda la novia.
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Las fotos son de Noire et Blanche